7.12.2011

Revíveme

  Han pasado 6 horas desde que te has ido.
Seguramente estarás entretenido en Paris, conociendo a tus nuevos compañeros o preocupado por las maletas y no perder el vuelo.
Pero yo... yo he cogido el autobús, el metro, y me he vuelto a casa.
Me he encerrado en mi habitación, no quiero salir ni ver a nadie.


¿Hace falta decir que te echo de menos?
Aunque, bueno, en realidad te he estado echando de menos semanas antes de esto.
Es más, a partir de aquella tarde que, en nuestra plaza, me dijiste que te marchabas, todas mis noches han sido diferentes.
Tumbada en la cama, después de colgar y habernos despedido con un "te quiero", me quedaba pensando:

Pensando 
en cómo iba a echar de menos nuestras conversaciones nocturnas, nuestras películas en el cine o en tu casa donde lo menos importante era la película en sí.
Tus besos de sabor café&caramelo, después de que me hubieses pagado a mi también mi helado.
Echaría de menos tus caras confusas cuando no entiendes
lo que te digo,
o tus pequeños gestos que sólo yo sé apreciar.
Tu poca puntería para las fotos y mi poca gracia para posar en ellas.
Todas nuestras bromas, que juntos nos gusta repetirlas y repetirlas cuando tenemos oportunidad.

Tu mano junto a la mía.
Tus ojos clavados en los míos.
Tus labios sobre los míos.
...


Recuérdame de vez en cuando, deja que tus recuerdos te invadan
la mente.
Revive el sabor de mi boca, revive mis caricias, mi sonrisa.
Sólo un poquito, no te pido más.


No hay comentarios:

Publicar un comentario