Me acuerdo de las primeras veces que quedamos tú y yo, sólo para ti y para mí. Aquellos días en los que creía que se me iba a salir el corazón del pecho, que me iba a desfallecer en cuanto te viera. Pero, ¿sabes qué es lo mejor? Que aquello no fue nada comparado con lo que es ahora. Todavía me pongo nerviosa mientras voy subiendo las escaleras del metro y sé que falta menos para verte. Se me escapa una sonrisita inevitable y acelero para llegar cuanto antes junto a ti.
No importa que no quedemos este fin de semana, no importa que no hayamos tenido oportunidad de vernos un día tan especial como hoy, porque tendré las mismas o más ganas de volver a quedar contigo, de sentir tus manos en mi cintura, de simplemente tu mirada, de oír un te quiero susurrado. Ganas de ti.
No importa que no quedemos este fin de semana, no importa que no hayamos tenido oportunidad de vernos un día tan especial como hoy, porque tendré las mismas o más ganas de volver a quedar contigo, de sentir tus manos en mi cintura, de simplemente tu mirada, de oír un te quiero susurrado. Ganas de ti.

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