6.05.2012

No quiero perderte.

         Hace tanto que no escribo... demasiado. Empezaba a tener la necesidad de hacerlo. La tinta fluye y con ella mis sentimientos. Se plasman en el papel y yo me libero, porque así puedes entenderme un poquito al menos. ¿Te acuerdas de cuando te lo expliqué? Cuando escribo puedo permitirme pensar bien las palabras, cada coma, y cada punto. Consigo separar unas sensaciones de otras, aunque no siempre. Como ahora, por ejemplo, que lo tengo todo entremezclado, enredado, hace tanto que no escribo... se me han acumulado.

          En todo este tiempo me has hecho sentir muchas cosas, mi vida. Sé que no hemos hecho nada del otro mundo; no hemos saltado en paracaídas, no nos hemos ido a vivir juntos, ni hemos viajado, y tampoco nos ha tocado la lotería. Es el simple hecho de estar a tu lado, los dos juntitos. Da igual el lugar, no importa si es primavera, verano, otoño o invierno, los problemas dejan de ser preocupaciones.

          Ignacio, eres lo mejor del universo, eres lo mejor que me ha pasado, y aún no me lo creo. No me puedo creer que hayas elegido ser mio. Te juro que te miro a los ojos y siento que es imposible quererte más. Pero no es más que un mero engaño a mí misma, porque al día siguiente sí que te quiero más. La verdad, creo que sería capaz de emocionarme cada vez que te abrazo, o me susurras, o hablamos de nosotros y del futuro. Pues como bien sabes, no quiero perderte, nunca. No me dejes ir, no te vayas. Quédate siempre conmigo, porque siempre te querré.




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