Si te digo la verdad, no sé lo que pensé cuando te vi. Ya sabía que existías, me habían hablado un poco de ti, aunque no le di importancia. Aun así, ya sabes qué bien se me dan las fechas, y te felicité por tu cumpleaños que había sido tan sólo unos días antes. Pero, al poco de unas horas (después de haber empezado por grabar un trabajo para clase y acabar bailando un anuncio), sí que sé cual fue el recuerdo que me llevé a casa de ti; que eras único, que eras especial.
Pero eso no fue nada comparado con lo que vino después. Nada más lejos, al día siguiente nos pasamos seis horas hablando, ¡y se dice rápido! E incluso viniste a mi concierto a los poco días. No sé si tú también lo pensaste, pero había algo entre nosotros dos, algo se puso en marcha. Cogimos confianza al momento, algo que nunca me había pasado, y ésta se incrementó a medida que el tiempo pasaba, por pasarnos tantas horas pegados al teléfono.
Tampoco sé en qué momento o en qué lugar empecé a sentir algo por ti, o si fue poco a poco a lo largo de las semanas. Delo que sí estoy segura es de que te quiero, y me da igual cómo o cuándo haya empezado a pasar. Sólo me importa que sigas a mi lado, quererte y que me quieras, hacerte feliz. ♥


