A partir de ahora, vamos a demostrar a los padres, al entrenador y sobre todo a nosotras mismas de lo que realmente somos, de lo que realmente valemos. No vale cohibirse por una simple mala acción, contrincante o llamada de atención. Si se comete un error tenemos que tener la iniciativa de reflexionar ante éste y enfrentarnos a él. Así, y únicamente haciendo eso, podremos superar cualquier bache, sea de baloncesto o de nuestra propia vida, y en consecuencia avanzar como personas y como el equipo que nosotras formamos.
Porque lo somos, somos un equipo, y como equipo tenemos que apoyarnos mutuamente y no buscar a la culpable de cualquier cosa mal hecha. Porque si algo sale mal, la culpa no es de una sino de todas nosotras. Y todas UNIDAS y trabajando como uno, conseguiremos hacer realidad todos los deseos que queramos, así como: ganar algún partido que no sea contra las más torpes de la liga, sentirnos realizadas, no tener que matarnos a entrenar los miércoles por haber hecho la mie... de partido el sábado anterior...
Entonces, diciendo esto, tenemos que romper con todas nuestras barreras y empezar a jugar como nosotras sabemos. No vamos a volver a escucharnos decir que somos malas o que vayamos a perder, porque aun que puede que eso sea verdad, diciéndolo no ganamos nada, sino que riéndonos de eso lo único que vamos a conseguir es adaptarnos a esa situación y nunca mejorar. A partir de YA vamos a darlo todo desde el segundo 1 hasta el segundo 2400, aun que estemos cojas, ciegas, mancas, sordas, cansadas, borrachas, perezosas, enfadadas, contentas, tristes, alegres, moradas... Sólo para luego poder sentirnos bien. Esa es nuestra siguiente meta en la vida.
Ganar es aprender, divertirse y superarse en equipo.
Esto es un juego, ni más, ni menos.

